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Schmidt

Gustavo Martínez Gómez . Cartagena (Murcia), 1922 - Elche (Alicante), 1998

Gustavo Martínez Gómez, que adoptaría su nombre artístico a los 18 años del apócope Martínez y con el añadido del apellido alemán de su abuelo, comenzó su andadura artística como ilustrador y humorista en la prensa regional, pero fue en labores pictóricas, participando en diversas exposiciones colectivas y concursos, donde ganó algunos premios que le alentaron para marchar a Barcelona en 1949.

De empleo en empleo, incluyendo trabajos para un estudio de animación, terminó entrando en la, entonces importante, Ediciones Cliper, en las revistas "Nicolás" y "Yumbo", trampolín inicial para conseguir otras colaboraciones en Hispano-Americana de Ediciones o en diversos suplementos infantiles de la prensa del momento. Pero sería su entrada en la Editorial Bruguera donde su nombre se consagraría como uno de los autores más requeridos e importantes. Allí crearía todos esos personajes, hoy clásicos del tebeo español, como "El Sheriff Chiquito", "La pandilla Cu-Cux-Plaf", "Pepe KO", "Camelio Majareto" o el "Doctor Cataplasma" (con su criada Panchita), entre otros muchos que tendrían diversa fortuna en sus ediciones. En 1963, Schmidt amplía sus horizontes creativos y colabora con agencias para publicar en el mercado extranjero, como Bardon Art o Selecciones Ilustradas. Para Inglaterra desarrolló las series "Brain Drayne" o "Johnny All Alone", para Escocia "General Jim", para Holanda "Space girls", para Suecia, infinidad de ilustraciones de portada e interiores con destino a cuentos. Realizó también numerosos trabajos para EEUU y la URSS, producción que no se conserva.

Durante tres décadas, continuó publicando en Bruguera historietas de una o dos páginas, tónica que rompería cuando creó " La Pandilla Cu-Cux -Plaf" que cuenta las aventuras de un grupo de niños detectives que se enfrentan al malvado Fantomas Pérez, en una larga historia seriada, lo que pondría de manifiesto la capacidad del autor para adaptarse creando humor y aventura a partes iguales. Algo que sería superado y de largo cuando en 1972, Schmidt se hizo cargo de un personaje creado por Jorge Bernet, "Doña Urraca", en una larga y magnífica aventura, "El Castillo Nosferatu", un logro de imaginación donde el dibujo expresionista se conjuga con una eficaz escenografía para crear una atmósfera tétrica e irreal y donde, además, el autor incluiría a otros personajes propios como "El profesor Tragacanto y su clase que es de espanto" o daría su versión de personajes del cine de terror.

En los años ochenta, Bruguera comienza su recta final hacia el cierre, lo que crea distensiones entre dibujantes y dirección. Aflora en ese momento un asunto pendiente, los derechos de autor. Todo ello motiva la salida de lo mejor de su escudería: Ibáñez, Segura, Raf y Martz Schmidt, que se recolocan en la Editorial Grijalbo, donde se gesta una nueva cabecera: "Guai!". En ella, Schmidt crea la serie "Cleopatra", ambientada en el Egipto faraónico, de la que solo dibujaría un álbum porque la relación del autor con esta nueva empresa no fue satisfactoria. Un año después del cierre de Bruguera, en 1987, Ediciones B adquiere todo su fondo y relanza sus personajes más comerciales junto a los de nuevos autores. Schmidt regresa por la puerta grande con tres personajes: "El Profesor Tragacanto", "Deliranta Rococó" y uno nuevo, "Insegurini". Será de la segunda de la que realice un mayor número de trabajos.

Debido al gran volumen de páginas a dibujar semanalmente, crea un equipo en Cartagena, un grupo de jóvenes dibujantes destinado a ser continuador de sus personajes. Se denominó "Equipo Martz Schmidt" y cada uno de sus miembros (Ardil, Rogelio, Rosique y Dioni) firmaba las páginas publicadas. El declive de las ediciones de revistas infantiles y juveniles hace que se vayan cerrando títulos y reduciendo plantilla. El grupo debe disolverse por falta de trabajo y el autor continuará en solitario hasta sus últimos días dedicado a crear historietas y a su otra gran afición: la pintura.

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